Asignaturas pendientes
“La adhesión a la Unión Europea corona el esfuerzo que viene realizando la nación rumana, desde la caída del comunismo en 1989”, afirmó el presidente Traian Basescu días antes del ingreso de Rumania ante los parlamentarios en una de las salas mastodónticas de la Casa del Pueblo. En este mismo discurso, Basescu expresó su esperanza de que el país balcánico tiene que ser “la sorpresa agradable de Europa”. Sin embargo, el ingreso de Rumania al grupo de los Veintisiete se produjo bajo unas severas condiciones que han llegado hasta la suspensión temporal de los pagos de los fondos europeos por irregularidades. A todo esto se añade la situación política que atravesó el país durante el pasado verano.
En cuanto a la justicia, la Comisión Europea (CE) estableció un sistema de supervisión en el que obliga a las autoridades rumanas a presentar cada año un informe de los progresos registrados. Al principio, la Agencia Nacional de Integridad (ANI) institución que controla los haberes públicos- fue criticada. Ahora se halla en plena inmersión con la acusación de incompatibilidad hacia varios ministros y diputados. “En el caso de que la ANI no se ajuste a las normas europeas, se limitaría la cooperación de los jueces y los policías rumanos con sus colegas europeos”, explicó la CE.
Transparency International (TI), por su parte, hace hincapié en que hay que mejorar otros aspectos de la justicia. “Aún hay que garantizar la independencia de los jueces, eliminar las frecuentes modificaciones de las leyes y cubrir la falta de magistrados”, comenta Iulia Cospanaru, responsable de proyectos de la organización. La prensa, el Ejecutivo y el Legislativo son los tres principales factores externos que influyen en el sistema judicial.
Otra asignatura pendiente, y de la que aún no se ha presentado una estrategia concreta para seguir avanzando tras la adhesión, se trata de las reformas estructurales que se tendrán que llevar a cabo en la agricultura. Rumania entró a formar parte de la UE con una agricultura de subsistencia y fragmentada. Bucarest ha dado pasos lentos para cambiar la situación de un sector que podría traer gratos ingresos a las arcas públicas.
Según el Instituto Nacional de Estadística, más del 30% de la población activa sobrevive de la agricultura. El Gobierno ha intentado conseguir una agricultura eficiente a través de la compra de pequeños terrenos y la venta de latifundios a productores que puedan gestionar esas tierras, incluso a extranjeros. Por ello, la importancia de la agricultura.
Rumania tiene asignados 34 mil millones de euros de los fondos europeos durante el periodo 2007-13, de los cuales 16 mil millones se destinaban a infraestructuras, desarrollo rural y medio ambiente. Ahora, Bucarest se halla en plena lucha por lograr al menos 40 mil millones de euros en las negociaciones del presupuesto de la Unión Europea, que se está celebrando en estos momentos en el Consejo de Europa en Bruselas.