El mayor error de los que invierten en Rumania
Me muestran un vídeo de Youtube titulado “Empresario vasco arruinado tras invertir en Rumanía”. Recomiendo su visualización a quien quiera invertir en un país que no sea el suyo.
La historia, resumida, no es nueva:
1. Empresario español con un historial muy satisfactorio. Por lo general, como seguramente es el caso del señor del vídeo, gente muy trabajadora, honrada y atenta a cómo desarrollar su negocio, sabiendo que la competencia es cada vez mayor en el mundo y que hay que reducir costes y aumentar beneficios para resistir.
2. Conoce a una o varias personas (por lo general rumano, pero también he visto casos de españoles) que le habla de las grandes posibilidades que podría tener en Rumanía: costes de tierras / bosques muy bajos, mano de obra muy barata y bien preparada, facilidad de resolver cualquier trámite “porque soy muy amigo a alguien que es hermano de alguien importante”…. Esta persona se gana la confianza del empresario. Le llamaremos Prescriptor.
3. El Empresario ve la posibilidad de aunar su experiencia en España con las muchas ventajas que ofrece Rumanía y hacer un gran negocio o, al menos, mejorar su situación, que va a menos por la competencia de Asia.
4. El Prescriptor que le abrió los ojos (por lo general sin mucha formación pero con mucha labia) se ofrece a acompañarlo a Rumanía en un viaje de prospección. El Empresario acepta.
5. Visitan la zona de Rumanía de donde es el Prescriptor. Todo el mundo es muy servicial, muy amable, todo es muy barato, muy bonito, se reúnen con autoridades que les dicen que cualquier trámite es muy fácil… Además todos laudan al Prescriptor como hombre serio y honrado.
6. El Empresario, encantado de lo barato que es todo y de tener junto a él a un Prescriptor tan avisado, decide iniciar los trámites de creación de su empresa en Rumanía, tarea que encomienda al Prescriptor. Como no podía ser de otra manera.
7. Ya sea porque el Prescriptor le miente diciendo que es obligada la presencia de un socio rumano en el capital ya sea porque desea motivar su dedicación a la empresa, el Empresario le concede una parte del capital. ATENCION: no sólo no es necesaria esa participación, sino que para gran parte de decisiones vitales de la empresa es necesaria la firma de todos los socios (no basta con la mayoría de votos), con lo que el Empresario se convierte en rehén del Prescriptor.
8. El Empresario empieza a mandar fondos para la constitución de la sociedad y la compra de activos. Al no hablar rumano delega todas las gestiones en el Prescriptor, su hombre de confianza, incluidas las negociaciones. Acaba comprando caro para lo que son los precios en Rumanía (sobre todo años atrás, ahora ya no tanto), pero aún le parece barato cuando compara con España.
9. El Prescriptor se gana paso a paso su confianza total y recibe poderes notariales para hacer y deshacer, y aunque no sea Administrador recibe poderes muy amplios, convirtiéndose de hecho en director de la empresa. El Empresario está feliz de delegar pues no tiene tiempo de estar en Rumanía.
10. La contabilidad de la empresa la hace un conocido (familiar o amigo) del Prescriptor. El Empresario nunca recibirá información contable completa o real. Al no conocer la normativa rumana lo convencerán fácilmente de que así es en Rumanía.
11. El Prescriptor empieza a solicitar fondos con cualquier excusa o razón. Al principio pocos, luego cada vez más. Empiezan a aparecer gastos inesperados o trámites más caros de lo previsto.
12. Pasan los meses y el Empresario ve como las cosas no salen como creía. La empresa en Rumanía se convierte en un pozo sin fondo. Cuando va siente que no entiende nada y que no controla nada. Lo contables no le pasan informaciones ciertas, el Prescriptor ya no es tan complaciente y empieza a mostrar una cierta agresividad verbal, mostrándose además muy ofendido si percibe algún atisbo de desconfianza por parte del Empresario (¿no confías en mí? ¡Si quieres me voy y ya te espabilarás! ¡Después de todo lo que he hecho por ti!…). El Prescriptor empieza las amenazas de todo tipo.
13. Al Empresario se le cae el mundo encima: No controla su empresa, el socio minoritario no le deja vender activos, no dispone de contabilidad, no dispone de interlocutores, es el máximo responsable legal de la empresa y ha de responder ante las autoridades (fiscales, legales, laborales,…) de las irregularidades que hayan que por lo general serán muchas y graves….
14. El empresario acaba agobiado, contacta con profesionales que le pueden ayudar a enmendar la situación y a retomar el control de u empresa, pero esto cuesta dinero. En muchos casos, decide abandonarlo todo. Ya no se fía de nadie, se ha cansado de inyectar fondos o simplemente ya no tiene.
15. El problema es que por mucho que quiera no lo va a poder abandonar. El Prescriptor se va de rositas o no y le sigue haciendo la vida difícil, pero ante la Administración rumana, igual que en España, el máximo responsable es el Administrador.
He visto el esquema de más arriba muchas veces. Por desgracia.
Siempre me pregunto:
1. ¿Por qué pone el Empresario, al mando de la empresa rumana, a una persona a la que obviamente no pondría al mando de su empresa en España y que muy posiblemente no tiene la formación necesaria?
2. ¿Por qué no consulta abogados, contables, expertos fiscales y otros profesionales reconocidos o busca segundas opiniones confiando únicamente en el Prescriptor?
3. ¿Por qué no impone normas de seguridad interior tales como separar el departamento de compras del contable y toman el control directo de este último? ¿Por qué dan firma bancaria al apoderado?
4. ¿Por qué no están presentes en el día a día rumano en lugar de quedarse tranquilamente en España hasta que todo explota?
Es evidente que la respuesta siempre es “es que me engañó, confié plenamente en él y me engañó”. La respuesta más bien es “me dejé engañar, es culpa mía”. Y así es, porque lo que en España no hubiesen aceptado, lo aceptan en Rumanía, como si por el hecho de saber rumano el
Prescriptor resulta que merece toda la confianza y sabe de todo.
Estos casos contrastan con la realidad de muchas otras empresas, la mayoría, que sí hacen las cosas correctamente y consiguen muy buenos resultados, más pronto o más tarde.
Señores inversores: Si quieren iniciar una actividad empresarial, en Rumanía o en cualquier otro país, diríjanse a profesionales desde el principio de la actividad (infórmense, contrasten, pregunten, y asuman que esta información tiene un coste que les puede ahorrar muchos problemas de futuro) y no pierdan nunca el control final de la empresa. Si no pueden seguir su inversión personalmente o a través de alguien con buena formación y de su total y merecida confianza, no vengan.
El mayor error de los que invierten en Rumanía (o en cualquier otro país) es confiar en exceso en quien no deberían.
José Miguel Viñals
Diagonal Consulting SRL – VIA RUMANIA
Cónsul Honorario de España en Timisoara