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José Miguel Viñals, a La Vanguardia: "Ser lector corresponsal ha contribuido a mi nombramiento de cónsul honorario"

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José Miguel Viñals, Foto: Hotnews
José Miguel Viñals, Foto: Hotnews

Es licenciado y tiene un master en Dirección de Empresas por ESADE, habla ocho idiomas con fluidez y en 2005 (tras 12 años trabajando como director financiero en una multinacional americana) se quedó en paro. Tras un viaje a Rumanía en 2007 decidió dejarlo todo, hacer las maletas y fundar su propia empresa, Vía Rumanía, con la intención depromocionar Rumanía como destino de inversión española.

Así es Josep Miquel Viñals, un valiente emprendedor que después de muchos años trabajando por atraer empresas españolas a Rumanía y acercar ambas culturas ha sido nombrado cónsul honorario de España en Timisoara. Viñals es lector corresponsal de LaVanguardia.com desde finales de 2008 y, esta faceta, asegura, „ha contribuido y ha tenido un peso importante” para su nombramiento. Charlamos con él.

– ¿En qué consiste ser cónsul honorario?

– Básicamente en representar a España en todos los actos oficiales que se la requiera o invite, así como interesarme e intentar defender los intereses de los españoles de mi zona de acción. Es un cargo sin remuneración, pero constituye un gran honor y un reconocimiento que permite tener acceso oficial a las más altas instituciones locales, lo que espero que ayude a una mayor presencia de la empresa española en la zona de acción del consulado honorario.

– ¿Por qué en Timisoara?

– El gobierno de España ha considerado necesario la apertura de esta representación porque la ciudad de Timisoara ocupa el tercer lugar en Rumanía en cuanto a población y actualmente destaca por su amalgama cultural, su belleza arquitectónica y su dinámica economía. Es una ciudad y una región activa e importante desde todos los puntos de vista pero alejada físicamente de la capital. Además, Timisoara espera doblar su población en los próximos años, con una excelente localización geográfica y un alto grado de industrialización. Ha destacado históricamente en la zona y volverá a hacerlo. Hasta ahora había 17 consulados en Timisoara, de entre los grandes países europeos sólo faltaba España y Gran Bretaña.

– ¿Cuáles son sus principales objetivos como cónsul?

– El primero, económico. En este momento estoy presentando el Consulado Honorífico a todos los estamentos oficiales de Timis, Arad y Caras-Severin, las tres provincias asignadas al consulado. Me reúno con gobernadores, alcaldes, directores de instituciones… y les muestro todo nuestro apoyo y colaboración en beneficio mutuo. Queremos abrir las puertas a la presentación futura de la empresa española en licitaciones públicas, que es donde más inversión habrá. Igualmente deseamos dar una imagen de mayor presencia cuando parece que hay una ligera mejora económica en España.

Tras el económico, la cultura es mi mayor centro de interés. Desde que empecé mi actividad empresarial en Timisoara desarrollé un programa cultural. En 2010 organicé Sant Jordi en Timisoara y en 2011 invité a 23 niños de la Escola Lys de Barcelona a participar en un festival folclórico infantil. A partir de 2012 he organizado cada año los Zilele Culturii Spaniole (Días de la Cultura Española) que acerca todas las culturas de España a Rumanía. En febrero 2013 patrociné la exposición de grabados de GoyaLos desastres de la guerray el pasado 16 de octubre hicimos una presentación pública sobre el barroco español en el Festival Barroco de Timisoara, ya con la categoría de cónsul honorario. Trabajamos mano a mano con la sección bilingüe del Liceo Calderón y con el lectorado de español de la Universitate de Vest. También tengo relación con las cátedras de euskera y catalán de Hungría y desearía poder abrir una cátedra de catalán en la Universitate de Vest, para lo que contactaré con el Ramon Llull.

– ¿Tenemos una imagen estereotipada de los rumanos?

Sí, y esos estereotipos desaparecen al poco de llegar al país. Y además estereotipada en lo negativo. En España hay casi un millón de rumanos. La inmensa mayoría se integra perfectamente y conviven como cualquier ciudadano. Una minoría delinque. Pero el problema no sólo son ellos, sino un sistema legal que no actúa con firmeza. En Rumanía no se están con bromas a este nivel y quien roba va a la cárcel largos periodos, mientras que en Europa occidental pasan por comisaría como quien compra el pan.

– ¿Qué cosas compartimos y cuáles nos diferencian entre los españoles y los rumanos?

La lista es interminable en ambos puntos. Destacando alguno, compartimos una cultura de origen latino que nos facilita la comprensión, pero que tiene como inconveniente que hace primar el corto plazo frente a los planes a largo. También compartimos el ser países periféricos en Europa, lo que nos aleja de los núcleos de decisión, pero nos permite, si queremos, ser la puerta de entrada en zonas de gran crecimiento: España para Latinoamérica y Rumanía para Europa del Este y Asia central.

Nos diferencia que España está mucho más adelantada que Rumanía en muchos sectores económicos. La evolución económica que ya hicimos en España se puede repetir en Rumanía, si bien deseo que se eviten nuestros errores del pasado.

– ¿Cuál es el papel que juega Rumanía en la UE?

– Es un país importante por población pero poco significativo económicamente. Ahora bien, tiene un punto de gran importancia: Su posición geográfica. Es fronterizo con Ucrania, Moldavia, Bulgaria, Serbia y Hungría, y algo de gran importancia: su costa en el Mar Negro, desde donde ha de entrar el gas de Asia Central en Europa. Rumanía y Bulgaria disponen de un factor de gran importancia estratégica. Por su parte los gobiernos rumanos intentan mantener buenas relaciones con los mayores países europeos, aunque la actual negativa de algunos de ellos a la entrada rumana y búlgara en Schengen es prueba de su escasa fuerza política.

– ¿Cuál es la presencia actual de empresas españolas en Rumanía? ¿Les va bien?

– Depende de los sectores. A las constructoras, muy presentes en 2007 y 2008, la crisis las golpeó enormemente y muchas no han levantado cabeza. Las de obra pública siguen licitando y han obtenido grandes contratos, si bien sufren retrasos de pago a veces importantes. Las que mejor van son las industriales, que fabrican muy barato para exportar a toda Europa y otros destinos. Ya no hace falta que se vayan a China, pueden fabricar en Rumanía a costes muy similares y con muchos menos problemas. Las empresas agrícolas muestran situaciones mixtas, algunas muy bien y otras no tanto. Depende de la evolución del precio del cereal, muy fluctuante.

– ¿Animaría a los empresarios españoles a implantar sus negocios en Rumanía? ¿Por qué?

– Depende de qué empresario y depende de qué negocio. Si la intención es vender en Rumanía, primero hay que analizar mucho el producto dado que ya hay de todo y a veces los precios no permiten una venta exitosa. En cambio el país es una excelente plataforma de producción con la que entrar en nuevos mercados a precios muy económicos. Vender en Europa central o Asia fabricando en España puede ser complicado, por costes y por distancia, hacerlo en cambio desde Rumanía es mucho más sencillo, por no hablar de las exportaciones tradicionales a Alemania y Francia.

– Y a los parados en España, ¿también los animaría a buscar trabajo allí?

– Según qué tipo de perfil tengan. Mano de obra no calificada no hace falta. La local es mucho más barata. En cambio puede ser útil personal medio para empresas productivas. Hay posiciones de mandos intermedios en las que falta gente con suficiente preparación. Evidentemente el idioma puede ser un problema. A los rumanos les cuesta muy poco aprender español, pero a los españoles les es más duro aprender rumano.

– ¿Han contribuido sus artículos en LaVanguardia.compara tu nombramiento?

– La propuesta de mi nombramiento como cónsul honorario por parte del embajador de España en Bucarest y la posterior aprobación de los gobiernos español y rumano responde sin duda a varios factores que la embajada debió de considerar de forma positiva. Yo agradezco enormemente la confianza mostrada y haré todo lo posible por estar a la altura del cargo. No puedo decir yo qué motivos tuvieron mayor peso, pero sí creo saber los que se consideraron. Por un lado llevaba yo ya seis años en Timisoara con mi empresa de consultoría Vía Rumanía apoyando la entrada e implantación de empresas españolas y promocionando Rumanía en España y España en Rumanía. Por otro lado en estos años hemos desarrollado una intensa actividad cultural con múltiples muestras de cultura española en toda su amplitud en Timisoara, algunas de enorme repercusión mediática y además con un programa constante a lo largo del año. Pero hay un factor que sin duda ha contribuido y ha tenido un peso importante de forma indirecta: mi participación como lector corresponsal en LaVanguardia.com.

Dado que me gusta escribir encontré en este canal la mejor forma de comunicar todo aquello que quería decir sobre Rumanía. Creía que era necesario ayudar a cambiar una imagen negativa, completamente equivocada de este país. Mis artículos los escribí sobre temas ajenos a la empresa (para ello ya tengoun blog), sobre temas sociales, deportivos, culturales, macroeconómicos… quería mostrar un país normal, donde yo me encuentro muy a gusto y que me ha tratado muy bien. Entre mis primeras colaboracionesentrevisté al senador Viorel Badea, presidente en el Senado del grupo de amistad rumano español, o al mismo embajador de España al poco de su llegada al país. Esto hizo que nos conociéramos. Recuerdo que conversamos detenidamente sobre las muchas posibilidades que Rumanía ofrecía al empresario español, lo desconocida que era, y la necesidad de comunicar estas ventajas lo más claramente posible. Posteriormente mis artículos, siempre resaltando lo positivo del país, han tenido un impacto, y me consta que han sido apreciados tanto en España como en Rumanía.

Obtener este aprecio me motivaba aún más a escribir otros y a presentarme como lector corresponsal de LaVanguardia.com en todo tipo de círculos, lo que sin duda me ha ayudado mucho a darme a conocer. De hecho en algunos ambientes se me conocía más como „el periodista de La Vanguardia” que como empresario, ¡y que conste que nunca me presenté como lo primero, pues no lo soy! La realidad es que para mí, ser lector corresponsal de LaVanguardia.com ha revestido una enorme importancia personal y creo sinceramente que también me ha ayudado en mi nombramiento como cónsul honorario.

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