Rumanía y el euro
Una pregunta recurrente que me hacen los empresarios españoles al venir a Rumanía es cuándo adoptará el país el €. Les contesto que no hay fecha clara, y que no estoy del todo seguro de que, al menos ahora, al país le interese. En el 2007, cuando vine, había como objetivo el 2014 si no recuerdo mal. Luego se retraso a 2017. Ahora no se comenta. La crisis, y el especial revés sufrido por los países más débiles de la zona €, ha hecho que se replanteen muchos principios e intereses que se daban por asumidos. Ni Turquía parece querer ingresar ya en la UE ni a los países del este de Europa les parece interesar mucho el €. En gran parte se han recuperado a base de devaluar sus monedas. Rumanía pasó de 3,5 a 4,5 lei/€ desde el inicio de la crisis, lo que azuzó en parte su competitividad internacional, estando a pesar de todo aún lejos de donde debería.
Con motivo del 70 aniversario de la Universitate de Vest de Timisoara, el viernes 23 de mayo se nombró Doctor Honoris Causa al ex ministro de finanzas y actual vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones Sr. Mihai Nicolae Tanasescu.
Su discurso se centró sobre el tema del encabezamiento, “Rumanía y Zona Euro”
Me permito reproducir los apuntes del mismo, así como alguno de sus gráficos, por considerarlo un análisis muy serio, aunque no llegase a responder a todas las preguntas que puedo hacerme al respecto sobre la conveniencia que pueda representar para Rumanía la moneda única.
Habló el Sr. Tanasescu de cuatro áreas:
I. Convergencia Nominal
II. Convergencia real
III. Retos en la convergencia real
IV. Adopción del Euro
Quizá recuerde el lector que durante el proceso de ingreso de España se hablaba de criterios de convergencia. Representaban las variables económicas a superar para poderse considerar apto. Consistían en tener un déficit presupuestario inferior al 3% del PIB, deuda pública inferior al 60% del PIB, intereses a largo bajo 4,7% , inflación menor de 2,3% y variación del tipo de cambio de moneda en una banda de +/- 15% durante al menos los 2 años previos a la entrada en el club.
Según estos criterios, Rumanía no debería tener ningún problema y su entrada debería ser rápida tras un par de ajustes:
– Déficit 2013: 3% del PIB (zona € estába a 3,6%)
– Deuda pública: 38% del PIB (zona € 95%)
– Intereses a largo para la deuda pública: 5,4% y en franca caída (zona € 2,4%)
– Inflación: 3,2 % (zona € 1,2%)
– Estabilidad en el tipo de cambio: el cambio Ron/€ lleva cinco años fluctuando dentro del límite del 15% del valor de referencia, que no lo mencionó pero deduzco que es 4,25 aproximadamente.
Es decir, a nivel convergencia nominal, muy bien.
La convergencia real es otro cantar. “No basta con una estabilidad macroeconómica a corto, sino que hay que poderla mantener a largo plazo, y ésta es consecuencia de la economía real. Por tanto, para cumplir con la convergencia real, hay que abordar los desequilibrios a nivel de desarrollo y condiciones de vida entre Rumanía y la Zona Euro”:
– La evolución del PIB, si bien ascendente, parece estancada en un nivel del 50% de la media de la UE28. Hay por tanto mucho que hacer, y según el Sr. Tanasescu, esto pasa por reformas estructurales de profundo calado. Rumanía es quizá el país que más crece en la UE (3,5% en 2013 frente -0,4% en la zona Euro), pero insuficientemente como para reducir distancias. Se necesitaría un 5% de crecimiento continuado durante varios años.
– Los excelente resultados macro de 2013 se basaron en unas exportaciones récord y una año agrícola excepcional. Pero para 2014 se espera un aumento del consumo interno, y por tanto de las importaciones, y es difícil saber qué tal irá la campaña agrícola en su conjunto. Hay que normalizar ambos aspectos (potente industria exportadora de bienes y servicios, infraestructura agrícola – regadíos- que reduzcan la dependencia del cielo)
– El país crece por debajo de su potencial. ¿Cuáles son los principales motivos? Desde el inicio de la crisis la productividad en total cayó (no sólo mano de obra barata constituye la productividad, los países más productivos no son los más baratos…), y cayó también en gran medida la disponibilidad de capitales debido a las enormes restricciones bancarias para conseguir nuevos créditos. El paro en cambio no creció a penas, casi todo el mundo trabaja….. pero…. (ver más adelante)
– No existe una convergencia real en la ponderación de los distintos sectores económicos en la formación del PIB. El sector servicios comprende sólo el 54% de la actividad económica. El turismo por ejemplo dispone de un enorme potencial, pero no se desarrolla más que de una forma muy deficiente. La industria (28% del PIB) parece señalar que estamos en un país altamente industrializado (en un momento en que en Europa occidental se habla de reindustrialización), pero resulta difícil encontrar un producto que haya sido íntegramente concebido y fabricado en Rumanía, sólo se fabrican partes o se ensamblan las hechas en otros países.
¿Cuáles serían los principales retos que se plantean para conseguir una convergencia real? Hay cuatro factores a tratar:
1) Crisis de inversiones: Afectó a toda Europa. En el periodo 2008-2013 la UE28 vio una reducción del 12% en la dinámica inversora, pero en Rumanía la caída fue del 20%.
2) Crisis de crédito: Debida en gran parte al desempalancamiento bancario iniciado en 2008, que ha reducido en gran parte la disposición de capitales en los bancos rumanos, y la ausencia de otras fuentes de financiación que pudiesen ser alternativa. Esta situación se mantendrá aún durante 2014. Con un aumento de casi un 35% de morosidad bancaria en el periodo 2007-2013, la digestión aún no ha acabado.
3) Crisis de productividad: Desde el inicio de la crisis el coste de mano de obra ha caído muy significativamente , lo que ha permitido mantener la ventaja del país en lo que respecta los costes salariales. A pesar de ello, la competitividad del país se ve lastrada por variables tales como “ambiente de negocios difícil, impredictibilidad legislativa, sistema impositivo complicado y elevado, corrupción,….”
4) Paro juvenil: A pesar de que casi no hay paro (retomo el hilo de un punto anterior) los jóvenes no están tan bien tratados. Hay un 23% de paro juvenil. Quizá es mucho menos que en otros países de la UE, pero no es por ello aceptable que 1 de 4 jóvenes no tengan trabajo.
Así pues, la adopción del € siguen siendo un reto. Para ello hay que asumirlo como objetivo de gobierno, por encima de quien gobierne o de las elecciones a la vista y hay que saber comunicarlo a la población como tal.
Con la experiencia vivida de la inflación real que vimos en España con la llegada del € (un café, un diario, de 100 pesetas a 1 €) me pregunto cómo responderá el país a la hipotética adopción de la moneda única. Todo se podrá perfilar el día que se establezca el cambio oficial. Aquí al menos, el café ya cuesta, incomprensiblemente, casi 1 €, por lo que no creo que a ese nivel lo notemos demasiado.
Sólo unas palabras me preocuparon del discurso del Sr. Tanasescu: “hay que aumentar los ingresos del Estado”. Estoy de acuerdo si implica que más empresas y ciudadanos contribuyan, pero radicalmente en contra asubir la presión fiscal. Más bien lo contrario, sólo una fuerte bajada de presión fiscal incentiva la actividad económica. Si eso implica reducir el Estado, sea.