Conjeturas sobre Julio Popper
Como sucede cada vez que se aborda una personalidad desmesurada como la de Julio Popper (Bucarest,1857), cuesta trazar la línea entre mito y realidad, negociar la aristas del hombre sin dejarse llevar por el relato de sus aventuras. ¿Fue Popper el “Quijote del oro fueguino” o el genocida de los indios Ona? ¿Fue el aventurero al que la fiebre del oro causó delirios de grandeza o el viajero que, tras vagar a través de medio mundo, encuentra en el sitio más insospechado una bandera bajo la que servir y una causa acorde con la magnitud de sus ambiciones? ¿Quién fue, en suma, Julio Popper?, publica Hispatriados.
Pródiga en aconteceres, la vida de Julio Popper fue breve. Entre su nacimiento y su muerte mediaron tan sólo 36 años, pero nada de esto sabían Naftalí y Perla Popper cuando su hijo Julio vino al mundo en Bucarest en 1857. Naftalí Popper era un hombre emprendedor que no se dejaba arredrar por las dificultades y gustaba de nadar a contracorriente. Pese al rechazo de los judíos ortodoxos más conservadores, Naftalí fundó el primer colegio judío liberal de Bucarest que ofrecía enseñanza en yiddish, rumano y alemán y el semanario Timpul, que se publicó en rumano y en yiddish entre el 17 de mayo y el 7 de agosto de 1859. Quizá la inasequibilidad al desaliento de Naftalí, que además de padre fue profesor de su hijo, marcó el carácter irreductible del pequeño Julio o tal vez le fuera consustancial. Resulta difícil determinar qué rasgos de una persona le son inherentes desde el nacimiento y cuáles se adquieren o desarrollan en el curso de una vida o, dicho de otro modo, ¿Por qué Julio Popper sentía la lancinante necesidad de abrir caminos donde no los había y su hermano pequeño Máximo (Bucarest, 1868) se inclinaba por transitar las sendas abiertas por Julio?
Al cumplir los 17 años, Julio Popper se da de bruces con el antisemitismo. Las leyes rumanas prohibían a los judíos estudiar en la universidad y servir en el ejército. Julio, que se llevaba mal con límites y constricciones, se traslada a París para estudiar ingeniería de minas. No volvería a Rumania más que una vez más para visitar a su familia en 1881.