¡A jugar! en el Parque Cismigiu de Bucarest
Un día soleado en las mesas de madera situadas en la pequeña zona verde que hay a la entrada del bloque de apartamentos, un grupo de hombres con cerveza y café en mano se arremolinan alrededor de las mesas. El sonido de los pájaros pasa a un segundo plano entre los gritos entusiasmados y bromas del grupo de hombres. El eco de fichas de madera removiéndose llega hasta la calle principal, los hombres se toman por el hombro mientras lanzan envites y bravadas a quienes remueven las fichas. Se ve una hilera de cuadraditos de madera apilados como si de un pequeño ejército se tratara, relataHispatriados.com.
Cada ficha tiene un número del uno al trece grabado en diferentes colores, hay dos fichas con una cara sonriente que hacen las veces de comodines. Cuatro jugadores sitúan sus fichas coloradas cuidadosamente en el banquito de madera bajo la atenta mirada de los espectadores.
Esta escena se repite a lo largo y ancho de Rumania. El popular juego del Remi, con sus diferentes variantes y combinaciones, es junto a la Tabla (Backgamon) y el Ajedrez (Şah) uno de los juegos de mesa típicos del país.
Conocido internacionalmente como Rummykub el origen de este juego es rumano. El “remi” fue inventado en los años 30 por el judio de origen rumano Ephraim Hertzano, un vendedor de cosméticos, perfumes y cepillos de dientes que hacía a mano con materiales sobrantes de la Industria Militar Aérea Rumana. En los años 40 en Rumania los juegos de azar estaban prohibídos así que Herzano pensó en sustituir las cartas por fichas manteniendo las mismas reglas que en el juego de cartas.