Acusan formalmente al expresidente de Rumania Ion Iliescu de crimenes contra la humanidad

La Fiscalía General de Rumanía acusó hoy formalmente al expresidente del país Ion Iliescu de crímenes de lesa humanidad, por la matanza de más de un millar de civiles durante la sangrienta revuelta que derrocó al régimen comunista del dictador Nicolae Ceausescu, en diciembre de 1989, publicó La Vanguardia, que recoge una noticia de la agencia EFE.

En un comunicado, la Fiscalía afirma que, como jefe que fue del llamado Frente de Salvación Nacional (FSN), el único centro de poder que existió en los días siguientes a la caída de Ceausescu, Iliescu (que fue presidente de Rumanía entre 1990 y 1996 y entre 2000 y 2004) es el máximo responsable de la muerte de 1.104 personas en unos enfrentamientos que causaron además más de 5.000 heridos.

La nota explica que, junto a otros altos cargos, manipuló y desinformó deliberadamente a la población para despertar temores ante unos supuestos „terroristas” y fortalecer así su poder.

Esa política desembocó en sangrientos enfrentamientos callejeros, al tiempo que, de facto, convirtió a la llamada revolución en una especie de golpe de Estado, considera la instancia jurídica.

La investigación se centra en los sucesos acaecidos en Bucarest entre el 22 diciembre de 1989, día en el que Ceasescu huyó en helicóptero de la capital ante el levantamiento popular, y el 27 de diciembre, dos días después de su ejecución junto con su esposa Elena tras haber sido arrestados y sometidos a juicio sumarísimo.

Iliescu, de 88 años de edad, que en el pasado había pertenecido al Partido Comunista, se convirtió en el „hombre fuerte” de la transición y fue uno de los organizadores del FSN, que tomó el poder durante dichos sucesos.

„Como iniciador y coordinador del único mando” que dirigía el país y, luego, „en calidad de presidente” del FSN, „Iliescu aceptó y oficializó medidas militares”, alguna de ellas con el fin de provocar y manipular, subraya la Fiscalía.

Esta autoridad atribuye los disparos indiscriminados contra „personas que no desarrollaron actividades hostiles” a „la psicosis terrorista que alcanzó cotas paroxísticas entre los militares y los civiles armados”.

Según la Fiscalía, Iliescu „pudo haber detenido” el derramamiento de sangre, pero no lo hizo.

Además de Iliescu, están acusados en este caso cuatro otras figuras claves de la transición rumana: el ex primer ministro Petre Roman, el exviceprimer ministro Gelu-Voican Volescu, el entonces jefe de la Aviación Militar y miembro del Consejo Militar Superior, Iosif Rus, y el exalmirante Emil Dumitrescu.

La Fiscalía decidió asimismo extender la investigación al periodo 27-31 de diciembre de 1989, días en los que se produjeron diversos incidentes aunque de menor violencia que en los anteriores.

Este ya muy largo proceso jurídico, denominado „Revolución”, se había archivado en 2015 por falta de pruebas, pero se volvió a abrir en junio de 2016.

Hasta el momento, solo una treintena de personas -ninguna de máxima responsabilidad- han sido condenadas por la violencia contra los civiles, mientras que las víctimas se quejan del abandono por parte del Estado.

El paso dado hoy por la Fiscalía es la última etapa anterior al levantamiento de la acusación.