Creencias y supersticiones rumanas: cambios de tiempo
Como ya vimos en su momento, no hay duda que los gatos son bichos muy dados a hacer anuncios climatológicos pues, además de lo ya mencionado, si usted observa que abandonan la comodidad de la cama para echarse en medio del salón o les ve lamerse las patas, le están indicando inequívocamente que se acerca el deshielo, escribe Carlos Basté en su blog Bucarestinos.
No se quedan cortos los perros en actividades proféticas, ya que cuando se revuelven nerviosos tras una helada o pisotean montañas de nieve en el jardín, anuncian también el fin del invierno. Lo mismo advierte el gallo que canta poco antes de medianoche.
También puede ayudar mirar al cielo, pues si el águila planea lenta y majestuosa o las cornejas vuelan en bandada, arriba y abajo, dando giros y vueltas, aparquen el paraguas, no olviden una rebequita o dejen el sombrero junto a la puerta, según esté hoy el día. Por su parte, el dulce canto de la garza – recomiendo la audición en este enlace – anuncia días ventosos, igual que las nubes con forma de cordero durante verano (en invierno, esas mismas nubes presagian nieve).
Pero, sobre todo, si la panceta colgada en la despensa empieza a lagrimar, prepárense para la lluvia o la nieve, según el fresco que haga fuera.
Sea como fuere, no aparten los ojos de su gato.