¿Merece la pena que Rumanía entre en el euro tras la crisis de Grecia?
En el último período se ha producido una serie de debates interesantes sobre la adhesión de Rumanía a la Unión Monetaria Europea (La Zona Euro). Durante estos debates se abordaron aspectos delicados de este proceso: el nivel de preparación, el momento de la adhesión, el problema de la convergencia (nominal y real), las ventajas y las desventajas, las oportunidades y los retos asociados a la integración de Rumanía en el mecanismo monetario europeo.
Los tratados firmados por Rumanía estipulan la adhesión a la Zona Euro tras la integración en la Unión Europea (condicionada por el cumplimiento de algunos criterios de convergencia), y en los últimos años las autoridades han ido fijando varios términos límite para este proceso, aplazados a causa de la Gran Recesión (la más severa crisis económico-financiera global de las últimas décadas).
Actualmente la meta propuesta por las autoridades para la entrada de Rumanía en la Zona Euro es el 1 de enero de 2019. Conviene mencionar que también hubo estados que entraron en la Zona Euro en el periodo de crisis económica (Eslovaquia, Letonia, Estonia, Lituania), lo que pone de manifiesto el hecho de que la integración monetaria europea es la opción óptima de política económica para los países miembros de la UE del Este de Europa.
Con respecto a las evoluciones macro financieras de los últimos años se puede decir que en 2015 tanto la Zona Euro, como Rumanía, se encuentran al principio de un nuevo ciclo económico, tras varios años de profundo reajuste. Por un lado, la Zona Euro se hizo más fuerte tras la consolidación forzada (por el mercado) del período de las das olas de la crisis económico-financiera, aspecto que se refleja tanto en el aumento de la competividad internacional (número récord de exportes) como en la reforma de la gobernanza económica (a través de la puesta en práctica de las normas de micro prudencia y de macro prudencia).
Prácticamente, se puede decir que la Zona Euro aprendió la lección de la Gran Recesión (un choque simétrico que se convirtió en choque asimétrico para las economías de algunos países miembros de la región), ya que las medidas implementadas en los últimos años apuntaron a la consolidación, la reducción del fragmentarismo y el relanzamiento de la convergencia económica entre los estados miembros.
En otras palabras, podemos decir que el Cuatrimestre Europeo, El Pacto Fiscal Europeo, la Unión Bancaria son etapas importantes y decisivas para la reducción en intensidad de los fenómenos observados antes de la Gran Recesión (la convergencia en divergencia y la divergencia en convergencia – reflejadas en la evolución del output gap, tal como se ve en el gráfico de arriba).
Por otro lado, Rumanía pasó por un amplio y complejo proceso de reajuste macroeconómico tras la primera ola de la crisis económico-financiera mundial. Actualmente el déficit de la cuenta corriente se encuentra en su valor mínimo de los últimos 25 años (0,5% del PIB) y las financias públicas se han consolidado (déficit presupuestario por debajo del 2% del PIB en 2014).
Tras este proceso, la exportación ha registrado valores máximos en los últimos años, los gastos de financiación en la economía bajaron hasta mínimos históricos y el sistema bancario interno es sólido y se encuentra en pleno proceso de recuperación.
Se puede mencionar una serie de retos para la economía de Rumanía a medio y corto plazo: el relanzamiento duradero de las inversiones productivas, el reinicio sustentable de la convergencia económica hacia la media europea, la continuación de las reformas estructurales, la puesta en marcha de una mezcla equilibrada de políticas económicas. Un enfoque coherente de estos retos es importante para la preparación del proceso de adhesión a la Zona Euro.
La integración monetaria de Rumanía en la Zona Euro debe ser vista como un proceso complejo, con profundas implicaciones no solo económicas, sino también políticas y sociales.
Es por eso que podemos decir que la Gran Recesión y el reajuste ulterior le dieron una lección a la economía interna, en que se debería profundizar para iniciar un proceso de convergencia económica sustentable no solo hasta la obtención del pasaporte Euro, sino sobre todo después de dicha obtención.
Podemos decir que este es el momento óptimo para preparar la adhesión a la Zona Euro (después de 6-7 años de reajuste desde las bases). Se nos plantea sin embargo la pregunta de cómo preparar esta integración monetaria, y las respuestas ya son conocidas: a través de la promoción del espíritu emprendedor, de la aceleración de las reformas estructurales y de la implementación de una estrategia de desarrollo a largo plazo.
Este tipo de medidas contribuirá a la mejora del potencial económico de Rumanía (aspecto importante para la durabilidad de la convergencia económica), que ha dependido fuertemente en las últimas décadas del capital.
Al final de este artículo voy a subrayar las principales oportunidades y los principales retos del proceso de adhesión de Rumanía a la Zona Euro.
Entre las oportunidades que resultan de este proceso se pueden mencionar: la aceleración de la integración económica entre Rumanía y los países de la Zona Euro; más transparencia al nivel de los precios y de los gastos; nuevas oportunidades de inversión (nuevas entradas de capital extranjero); la estabilidad del sector bancario; la mejora de la imagen económica frente a los mercados financieros y a los inversionistas extranjeros, Rumanía tendrá una moneda global.
En cuanto a los retos de la adhesión a la Zona Euro podemos mencionar: la introducción de una mezcla equilibrada de políticas económicas, la automatización de los flujos/transparencia/sustentabilidad presupuestaria; un comportamiento de las inversiones y del consumo sustentable a largo plazo; la aceleración de las inversiones en las investigaciones, el desarrollo, la innovación, la marca del país y la infraestructura.
Finalmente, quiero subrayar el hecho de que es muy importante cultivar el espíritu de la convergencia económica y el espíritu emprendedor (incluso a través de la educación financiera). La convergencia económica no es una meta, sino un proceso continuo, permanente. Por consiguiente, para evitar la experiencia de Grecia, es muy importante que este proceso de convergencia continúe también después de la adhesión a la Zona Euro.
Texto traducido por Alma Marhamati