¿Puede la actual situación en Turquía beneficiar a Rumanía?
Los últimos acontecimientos sucedidos en Turquía han causado una viva preocupación en Europa y EEUU. Turquía no es un país cualquiera, es una potencia zonal, con una población de casi 80 millones de personas, miembro de la OTAN, heredera de una rica historia que durante varios siglos ha marcado el día a día y el destino de gran parte del Mar Negro, de los Balcanes y del este de Europa. Turquía ha sido un país de importante crecimiento económico en los últimos años y destino de numerosas inversiones extranjeras – españolas incluidas – en variados sectores de actividad (turismo, banca, energía,…). La falta de avances en su incorporación en la Unión Europea, cosa lógica por otro lado, no era impedimento para ir firmando una larga serie de acuerdos comerciales que han cimentado el progreso económico turco y han convertido a la UE en su principal socio comercial.
La visita de ayer del primer ministro turco Erdogan a Putin, con el fin de escenificar de forma contundente la reanudación de plenas relaciones con Rusia (tras el bloqueo que representó la destrucción de un caza ruso por parte turca meses atrás) tiene objetivos que más allá de los aspectos económicos. Es cierto que Turquía añora los 140 millones de consumidores del mercado ruso así como los proyectos de construcción civil en que participaba en Rusia y la afluencia del turismo ruso en sus costas, pero la renovada amistad de ambos líderes tras las fuertes acusaciones mutuas que siguieron al incidente en cuestión transmite un mensaje potente a Europa y a la OTAN. Putin sonrió mucho menos que Erdogan ante la prensa, quien se refirió al primero como querido amigo en tres ocasiones. Fácil deducir quién necesita más a quién.
Comentaba meses atrás en otra entrada la importancia estratégica de Rumanía en el extremo oriental europeo: país estable y de considerable tamaño que une el resto de Europa con el Mar Negro. Con Ucrania al norte del Mar en conflicto con Rusia y Turquía ocupando toda la orilla sur. las orillas rumana y búlgara ganan en importancia estratégica en una zona que hasta hace poco no representaba un gran interés global. El interés de la OTAN y de la UE por reforzar los lazos con Georgia, justo enfrente de Rumanía al otro lado del Mar Negro, coloca a Rumanía en una situación privilegiada.
En el punto 23 del texto final de la última cumbre de la OTAN (julio 2016) en Varsovia se lee:
“In the Black Sea region, the security situation has also deteriorated in recent years. We will continue to address the implications for NATO of developments in the region and take them into account in the Alliance’s approaches and policies. We will continue to support, as appropriate, regional efforts by the Black Sea littoral states aimed at ensuring security and stability. We will also strengthen our dialogue and cooperation with Georgia and Ukraine in this regard.”
Y en el punto 41 se recoge la iniciativa del Presidente rumano Iohannis de establecer una fuerza marítima multinacional en el Mar Negro para fortalece: “41. We will also develop tailored forward presence in the southeast part of the Alliance territory. Appropriate measures, tailored to the Black Sea region and including the Romanian initiative to establish a multinational framework brigade to help improve integrated training of Allied units under Headquarters Multinational Division Southeast, will contribute to the Alliance’s strengthened deterrence and defence posture, situational awareness, and peacetime demonstration of NATO’s intent to operate without constraint. It will also provide a strong signal of support to regional security. Options for a strengthened NATO air and maritime presence will be assessed.”
El texto completo se encuentra en http://goo.gl/QlFUKj. En el artículo en italiano firmado por Alessio Marsili en mayo 2016 y titulado “La geopolítica del Mar Negro y el papel de Rumanía” (http://goo.gl/q1zKec) se encuentra el párrafo:
“Demografia, estensione e privilegiata collocazione geografica – tra la catena montuosa dei Carpazi e un fondamentale canale fluviale come il Danubio – che correlano il destino dello Stato romeno allo sviluppo storico dell’equilibrio del Mar Nero, fanno di Bucarest un’oasi di relativa stabilità nell’Europa Orientale” (Demografía, extensión y una posición geográfica privilegiada – entre la cadena montañosa de los Carpatos y un canal fluvial básico como es el Danubio – que unen el destino del Estado rumano al desarrollo histórico del equilibrio del Mar Negro, hacen de Bucarest un oasis de relativa estabilidad en Europa Oriental).
Turquía debería continuar siendo un aliado sólido de occidente y de Europa. Europa y Turquía han convivido y se han influenciado mutuamente de forma continua en los últimos siglos. El progreso de ambas partes se fundamenta también en esta amistad, y esto hay que mantenerlo pero la realidad indica que Rumanía pasa de tener un interés predominantemente industrial (fábrica barata) a ser un factor clave en la actualidad geopolítica Europea gracias a las dudas que puede despertar Turquía en este momento. No es esto una sorprendente novedad; las fronteras exteriores de Europa están viendo crecer los conflictos en sus vecinos inmediatos y corresponde reforzarlas. Y para reforzarlas hace falta inversión y gente.
Rumanía ha cambiado profundamente en los últimos años, en positivo, debido en gran parte a los compromisos que ha supuesto su incorporación en la Unión Europea y la OTAN. A pesar de ello, el camino que queda por hacer es aún muy largo. La población aún emigra por varias razones, entre ellas falta de confianza en servicios tan básicos como la sanidad y la educación y falta de ilusión en el futuro del país. Esta hemorragia hay que pararla con medidas efectivas que , por su alto coste para algunos grupos, no se aplicarán a menos que haya una fuerte presión externa. Es de esperar que la creciente importancia de Rumanía conlleve el interés europeo y de la OTAN en forzar los cambios que aún hacen falta y que se impulse de forma significativa la articulación del país con la construcción de una red de infraestructuras completamente necesaria y casi totalmente ausente, así como un mayor grado de transparencia en las administraciones públicas.
José Miguel Viñals
Director General de Via Rumanía
Cónsul Honorario de España en Timisoara