Rumania asume la presidencia semestral de la UE
Rumania, cuyo gobierno es cada vez más crítico con Bruselas, asumió este martes la presidencia rotatoria de la Unión Europea durante el primer semestre de 2019, un periodo agitado a causa del Brexit y el auge de la ultraderecha, publicó AFP.
En pocas ocasiones una presidencia rotatoria enfrenta tantos desafíos como la rumana, que tendrá que lidiar con la salida efectiva del Reino Unido de la UE, las elecciones europeas en mayo, probablemente marcadas por el crecimiento electoral de las formaciones euroescépticas, y la dificultad para aprobar un presupuesto comunitario.
Rumania, que presidirá la UE por primera vez tras su adhesión a la comunidad europea en 2007, era considerado uno de los países más eurófilos.
No obstante, el gobierno rumano multiplicó sus críticas contra la UE durante los últimos meses, tras confrontarse con Bruselas a raíz de una polémica reforma judicial impulsada por el Partido Socialdemócrata (PSD), que dirige este país del Este de Europa.
El líder del PSD, Liviu Dragnea, que no logró ser elegido como primer ministro al ser condenado por fraude electoral, consideró “injustas” las críticas de la Comisión Europea, que pidió el abandono de la reforma judicial al considerar que obstaculizaría la lucha contra la corrupción.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aseguró que “el gobierno de Bucarest aún no ha entendido completamente lo que significa presidir los países de la UE”, en una entrevista publicada el 29 de diciembre en el diario alemán Die Welt.
“La acción prudente exige también la voluntad de escuchar a los demás y la firme voluntad de poner sus propias preocupaciones en un segundo lugar. Tengo algunas dudas respecto a esto”, añadió.
Juncker también cuestionó que Rumania se muestre en Europa como una “unidad compacta”, teniendo en cuenta que el poder está dividido entre un presidente conservador y eurófilo, Klaus Iohannis, y un ejecutivo socialdemócrata.
“Como Polonia o Hungría”
Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores rumano, Teodor Melescanu, y el de Asuntos Europeos, George Ciamba, afirmaron que procurarán que “no se exporten las diferencias políticas a nivel nacional” y asumirán “su rol de mediador imparcial” dentro de la UE.
“Trabajaremos para mantener la unidad, la cohesión y la solidaridad” dentro de la UE, defendió la primera ministra, la socialdemócrata Viorica Dancila.
No obstante, los sobresaltos de la política rumana y la voluntad de Bucarest de aprobar la reforma judicial pueden afectar la presidencia rotatoria de este país.
“El gobierno del PSD empezó a presionar a las autoridades judiciales y anticorrupción rumanas de una forma que recuerda lo que hacen sus homólogos en Polonia o Hungría”, dos otros países muy críticos con las decisiones de Bruselas, explica el experto Luka Oreskovic, en una nota del laboratorio de ideas European Council on Foreign Relations (ECFR).
Los detractores del ejecutivo consideran que esta medida pretende disminuir los antecedentes judiciales de numerosos dirigentes del PSD, como Liviu Dragnea, condenado a una pena de prisión condicional por fraude electoral e implicado en otros casos.
Según el politólogo Andrei Taranu, la retórica populista y nacionalista del gobierno rumano se trata más bien de una estrategia oportunista en lugar de una convicción ideológica. “Copia la retórica iliberal del primer ministro húngaro, Viktor Orban, sin comprender los conceptos”, critica Taranu.
Al frente de la UE, Rumania, que sucederá a Austria, tendrá un rol clave en la organización de las cumbres entre los 28 estados miembros.