El Instituto de Investigación de los Crímenes Comunistas pide a la fiscalía rumana que impute por genocidio a un antiguo comandante del campo de trabajo de Cernavoda
El Instituto de Investigación de los Crímenes Comunistas (IICCMER) pidió a la fiscalía rumana que impute por genocidio a un antiguo comandante del campo de trabajo de Cernavoda, al este de Rumanía, donde murieron 115 personas entre diciembre de 1952 y abril 1953, informó la institución.
“El capitán de reserva Florian Cormos ha cometido crímenes contra la humanidad”, declaró el presidente de IICCMER, Adrian Muraru en una conferencia de prensa.
Según Muraru, el anciano de 87 años instituyó un “régimen de exterminación” contra los opositores a la dictadura comunista.
Ahora, la fiscalía del Alto Tribunal de Casación y Justicia deberá decidir si presenta cargos contra el antiguo comandante del campo de trabajo.
En una reciente entrevista concedida al diario „Gandul”, Cormos negó que hubiese torturado o matado a nadie.
Se trata del tercer caso que se ha presentado contra un ex jefe durante la época comunista.
Los fiscales ya han iniciado las imputaciones por genocidio contra un ex jefe del campo de trabajo de Periprava -un remoto pueblo del Delta del Danubio al este de Rumanía- Ion Ficior, y a un ex comandante de la prisión comunista de Ramnicu Sarat (este), Alexandru Visinescu.
Los acusados alegaron que los hechos han sido prescritos, pero el Tribunal Constitucional dictaminó a finales de 2013 que las muertos son imprescriptibles.
Se estima que entre 100.000 y 500.000 personas fueron encarceladas en Rumanía por motivos políticos durante la dictadura comunista entre 1945 y 1989, según el museo en memoria de las víctimas del comunismo de Sighet.