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Fin de la extradición a España de Sergio Morate, principal sospechoso del doble crimen de Cuenca

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El principal sospechoso del crimen de Cuenca, Sergió Morate, partió el pasado sábado hacia España, esposado y escoltado por policías españoles, de la ciudad rumana de Timisoara, donde pasó los últimos 24 días en prisión preventiva, informó la agencia Efe.

El furgón policial que transportó a Morate accedió directamente a la pista donde se hallaba el avión procedente de España y en la escalera de la aeronave se encontraron las autoridades de ambos países.

Esposado por la espalda y tras ser fotografiado por investigadores criminalistas, Morate fue introducido en el avión con rumbo a España, donde deberá responder ante la Justicia que lo acusa de haber asesinado a Laura del Hoyo, de 24 años, y su exnovia Marina Okarynska, de 26 años.

De esta manera, se puso fin a la estadía del supuesto asesino en Rumanía, tras un proceso que se inició con su arresto el pasado 13 de agosto por la policía rumana en Lugoj, una pequeña localidad de menos de 50.000 habitantes, cerca de la frontera con Hungría.

La detención tuvo lugar por una orden europea de captura dictada por la Justicia española.

A través de la oficina SIRENE de la Interpol, la Policía Nacional pidió a la rumana que se procediera a la detención del presunto criminal, „el más buscado en España en ese momento”, según indicó entonces Morariu.

Un equipo de agentes especiales entró sobre las 20.00 hora local (17.00 GMT) en el diminuto apartamento donde se hallaba Morate, acompañado de su amigo rumano Istvan Hortvath y su hermano, su mujer y su bebé. Hortvath y Morate se habían conocido años antes en una cárcel española.

Un día antes de su detención, Morate se había paseado delante de las fuerzas del orden en Lugoj, que estaba de fiestas, relató Hortvath tras ser interrogado por un fiscal rumano que investiga su implicación en este caso.

Contó que su amigo español se había perdido en Hungría, por lo que le pidió que fuera a buscarlo para que lo ayudara a entrar en Rumanía por carreteras secundarias.

Las autoridades judiciales españolas tramitaron su extradición y la entrega de sus bienes, que incluye su vehículo, un Seat Ibiza verde, con el que se trasladó hasta Rumanía y en el que supuestamente cometió el crimen.

En su primer aparición ante un tribunal rumano, Morate, de 29 años, se declaró inocente de las muertes de las jóvenes de Cuenca y afirmó al juez de la Corte de Apelación de Timisoara que no hay pruebas de su supuesta culpa.

Pese a ello, el pasado 24 de agosto el magistrado de Timisoara optó por dar luz verde a la entrega del acusado a las autoridades españolas, de acuerdo con la solicitud de éstas de una extradición inmediata.

Frente a esa decisión, Morate presentó un recurso y el caso pasó a la Alta Corte de Casación y Justicia, la máxima autoridad judicial de Rumanía, que lo rechazó por „infundado”.

Durante la vista, el sospechoso reveló su temor a regresar a España debido a amenazas de muerte recibidas de la familia de una de las víctimas, pero también señaló la posibilidad de que el juicio en su contra sea „injusto”, por la intensa mediatización que ha alcanzado el caso.

Incluso, Morate indicó que disponía de recursos financieros suficientes para vivir tranquilamente en Rumanía. Ninguno de esos argumentos impidieron su entrega a la Justicia española.

Los agentes de la Policía Nacional deberán aún decidir sobre un eventual traslado a España del auto de Morate, que se encuentra precintado en la comisaría de Lugoj, a la espera de que sea analizado por expertos.

Hasta el momento, se cree que Morate salió de España por la frontera de Portbou, en Girona, con su propio vehículo el mismo día en el que desaparecieron las jueves y en que supuestamente las asesinó.

Ambas fueron vistas por última vez el 6 de agosto, después de que se supiera que habían ido a casa del sospechoso a recoger las cosas que Marina había dejado allí.

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