Empleados del Estado rumano en connivencia con los extremistas
En la tarde del pasado 20 de febrero, a las 18:00 horas, una manifestación cultural organizada con el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en Bucarest en el Museo del Campesino Rumano, en el marco del Mes de la Historia LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y personas transgénero), fue interrumpida violentamente debido a la intervención de un grupo de extrema derecha que ocupó la sala del Nuevo Cine del Cineasta Rumano.
La película que iba a proyectarse esa noche, „The Kids Are All Right”, es un retrato cinematográfico de una familia gay estadounidense; la película ha sido galardonada con dos Globos de Oro y ha recibido cuatro nominaciones a los Óscar.
Los espectadores presentes en la sala de cine fueron fotografiados, grabados y agredidos verbalmente con términos como „cochambrosos” y „animales”. Los manifestantes, unas 50 personas, bloquearon la proyección de la película desde los primeros minutos, al grito de „Muerte a los homosexuales”, „No os queremos aquí” y „No sois rumanos”, confundiendo la libertad de expresar su desacuerdo con un acontecimiento legal con la incitación a la discriminación y al odio por motivos de orientación sexual. Para explicar y legitimar este acto de vandalismo, los manifestantes entonaron el himno de Rumanía y salmos ortodoxos y utilizaron símbolos religiosos (iconos) y fascistas (saludo legionario). El director adjunto del Museo, Mihai Gheorghiu, presente durante el incidente, no intervino en conformidad con sus obligaciones profesionales y no tomó ninguna medida para que el acto cultural continuara de manera ordenada y sin interrupciones.
Aunque el director del Museo, Virgil Nițulescu, solicitó la presencia de las fuerzas de seguridad mediante una llamada al 112, a pesar de que la asociación Accept había llamado la atención, verbalmente y por escrito, con anterioridad al acontecimiento, sobre la necesidad de proteger a los participantes en esta manifestación cultural, los representantes de la policía y de la gendarmería que acudieron al lugar no intervinieron para poner fin a las manifestaciones intimidatorias y de incitación al odio contra las personas LGBT. „Esta ausencia de intervención, bajo la excusa de la neutralidad, se ha convertido en los últimos dos años en una manifestación habitual del comportamiento de aquellos que tienen el deber de conocer y aplicar la ley en Rumanía. Es más, la policía, la gendarmería y la fiscalía no toman medidas para la identificación, seguimiento y enjuiciamiento penal de los agresores y de las organizaciones que los apoyan. Este tipo de incidentes violentos no son singulares y la reacción de las autoridades competentes es ineficaz y poco profesional”, ha declarado la abogada Iustina Ionescu.
Las organizaciones firmantes solicitan lo siguiente:
1. Al Ministerio de Administración e Interior y al Fiscal General de Rumanía: que se investiguen tanto la manifestación extremista ocurrida en el Museo del Campesino Rumano el día 20 de febrero como la forma de intervención de las fuerzas del orden en el caso de las manifestaciones públicas constituyentes de delitos de odio;
2. Al Ministerio de Cultura: el cese con carácter de urgencia del director adjunto del Museo del Campesino Rumano, Mihai Gheorghiu, por el incumplimiento de sus obligaciones administrativas;
3. A la Gendarmería Rumana: que investigue la ausencia de respuesta de los gendarmes presentes en el lugar de los hechos, que estos reciban una sanción disciplinaria, así como que se identifique a las personas que perturbaron el orden público y que estas reciban la sanción correspondiente.
Firmado:
Asociación ACCEPT
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