La embajadora de Rumanía en la Misión Permanente de la ONU en Ginebra sorprende con unas declaraciones ofensivas contra los romaníes y las mujeres
Maria Ciobanu afirmó ante el Comité ONU para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales que los gitanos de Rumanía son nómadas por naturaleza y las rumanas no tienen las actitudes necesarias para participar en la dura vida política.
En 1994 Rumanía firmó el Pacto Internacional para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Los países firmantes tienen la obligación de realizar informes sobre la evolución de la integración de las diferentes minorías cada 5 años.
Sin embargo, las autoridades rumanas no habían realizado ningún informe hasta la semana pasada, momento en el que Rumanía se presentó frente al Comité ONU para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Múltiples oenegés mostraron su preocupación por el estancamiento de la implementación de políticas integradoras.
Durante el turno de preguntas Maria Ciobanu, embajadora de Misión Permanente de Rumanía ante Naciones Unidas en Ginebra, provocó la estupefacción general de todos los presentes al excusarse por la falta de integración de la comunidad romaní afirmando que “los romaníes de Rumanía son nómadas por naturaleza”.
Los despropósitos que quedaron ahí, la embajadora continuó justificando la escasa presencia de las mujeres rumanas en la política –uno de los menores porcentajes de la UE- con el siguiente argumento: “A pesar del alto nivel educativo, las mujeres rumanas no tienen las actitudes necesarias para participar en la dura vida política”.
Rumanía transmite de este modo una señal de frivolidad frente al reto de proteger y asegurar los derechos consagrados en el Pacto.