"Me di cuenta enseguida de que aquellos que estaban detrás de mí en el bar no saldrían con vida"
Delia, una de las cientos de personas que se hallaban en el club Colectiv de Bucarest donde un incendio dejó al menos 27 muertos, ha relatado su historia a través de la red social Facebook:
„Fui al (club Colectiv). Me escapé porque estaba al lado de la puerta. A pesar de esto, mi marido y mi hijo solo pudieron salir cinco minutos después, por lo que se hallan internados en un hospital por intoxicación”, cuenta Delia.
„¿Cómo sucedió? empezaron a arder las esponjas del pilar izquierdo de la escena, el de al lado de la puerta, por los fuegos artificiales, que no fueron exagerados, parecían relativamente inofensivos”, señala.
„El problema fue que las esponjas que estaban pegadas a los pilares y al techo del local son fácilmente inflamables. Vi cómo sucedió todo, el pilar que comenzó a arder estaba a un metro delante de mí”, agrega.
„El solista del grupo tuvo tiempo hasta de hacer una pequeña broma: ‘Esto no estaba previsto en el programa’. En los siguientes segundos, sin exageración, el fuego se extendió por todo el techo. La gente empezó a marchar hacia la entrada, se reacción relativamente rápido, pero la salida era demasiado estrecha y se generó pánico entre todos. A mis espaldas, se pisoteaban entre ellos, trepando unos sobre otros para lograr salir”, prosigue.
„Después de que saliera fuera, oí una explosión y sentí que me golpeaba una ráfaga de aire caliente en la espalda. Empezó a arder mi pelo. Lo apagué con mi mano y me quemé. El aire estaba caliente, irrespirable, humo grueso y negro, no veíamos absolutamente nada”, relata.
„No sabía hacia dónde ir. Extendí la mano y me agarré a una chaqueta de alguien que se encontraba delante delante y me dejé arrastrar de él. De otra manera no habría podido moverme. Estaba paralizada debido al aire irrespirable. Respiré profundamente y sentí que me quemaba todo hasta el estómago. Repito, ya estaba fuera”, explica.
„No creo que fuera una explosión. De lo que vi después de la Televisión, se cayó el techo y esto pudo haber provocado la ráfaga de fuego y humo que me pilló a mis espaldas. Luego vi una luz y sentí aire limpio. Mire a mis espaldas y observé a muchas personas tiradas tiradas sobre unos y otros en la puerta”, añade.
„Aquellos que salieron intentaron recogerlos, pero los que estaban en el suelo estaban atrapados por el peso de los que estaban encima. Alguien gritó fuertemente: ‘¡Coged primero a los de arriba!’, pero el pánico era demasiado grande. Muchos intentaron ayudar, pero todo era caótico”, señala.
„Los amigos se buscan entre sí para ayudarse y sacar a aquellos que se hallaban debajo de la pila de gente, girando sus nombres: ‘¿Eres tú? ¿Dónde estás? que no te veo, ¿Esta es tu mano?”. Fue una pesadilla. No podía creerme algo así posible. Me di cuenta enseguida de que aquellos que estaban detrás de mí en el bar no saldrían con vida”, concluye.