Ukeleles para los estadounidenses y balalaicas para los rusos
Según Nicolae Bâzgan, director general de la fabricante rumana de instrumentos músicales, HORA, la imagen del productor rumano está muy desacreditada y es difícil imponerse en el mercado internacional. Añade que en las guitarras que envían a Alemania no pone “Made in Romania” porque el cliente alemán no quiere poner en peligro sus ventas debido a la mala reputación que tiene Rumanía, informó el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX).
Las guitarras acústicas fabricadas en Reghin y destinadas a la exportación se venden en Europa bajo la marca “Visions in Guitars”, bajo la cual se comercializan también los productos de otras fábricas europeas.
La mayor parte del volumen de la fábrica la representan las guitarras y los violines. HORA exporta unas 4.000 guitarras (acústicas, clásicas y eléctricas) y aproximadamente 1.200 instrumentos de la familia del violín por mes. Además, la fábrica produce cantidades importantes de instrumentos étnicos y folclóricos, tanto rumanos, como de otros países.
En 2013, la empresa exportó al mercado estadounidense instrumentos por valor de 1,5 millones de dólares del total de 4,1 millones de dólares exportados. Por otro lado, la demanda interna es muy reducida.
La empresa es accionista mayoritario del principal distribuidor, Rapsodia SRL, que cuenta con una tienda en Bucarest.
El director general de HORA afirma que los mejores artesanos se han ido al extranjero. De los empleados que no han emigrado, una parte trabajan para el clúster creado en Reghin que agrupa fábricas de instrumentos músicos. De las primeras 20 empresas especializadas en la producción de instrumentos que hay en el país, 9 están en Reghin, según datos del Registro Mercantil.
Además de Hora, la más conocida es GLIGA INSTRUMENTE MUZICALE. A diferencia de HORA, que está especializada en el segmento de bajo coste, los violines de GLIGA se venden a nivel internacional bajo marca propia, y el precio de un violoncelo suyo supera los 4.000 dólares.
Bâzgan declara que 2013 fue un año de crisis muy acusado, el más difícil en toda su experiencia en la empresa. En 2012, su socio alemán realizó muchos pedidos, pero en 2013 se quedó con stock y pidió a la empresa rumana reducir los precios, petición que HORA se negó hacer. El director espera una recuperación de los negocios en 2014 hasta alcanzar el nivel de 21 millones de lei.