Una adolescente usa Facebook para salvar perros callejeros en Rumanía
Cuando la actriz francesa Brigitte Bardot inició una campaña para salvar del sacrificio a los miles de perros callejeros de la capital rumana, lo hizo con un plan de donaciones de 150.000 dólares. Ahora, su labor la prosigue Ana-Maria Ciulcu, una estudiante de 13 años con brackets en los dientes que usa Facebook para concienciar a amantes de los perros de toda Europa y asegurarse de que los perros van a los hogares adecuados.
„Me gusta saber que mis perros serán mimados y que se les dejará sentarse en el sofá… Así que una de mis primeras preguntas sería: ¿Lo vas a encadenar?”, dijo Ciulcu a Reuters.
Ciulcu era un bebé cuando Bardot comenzó su campaña de esterilización en 2001. Ahora habla alemán con soltura y tiene conocimiento de Internet, y ha empleado ambas cualidades para rescatar 150 canes y enviarlos a Alemania, Austria y Bélgica desde septiembre.
Pero las perreras públicas de Bucarest tienen ahora 2.800 perros, y otros 2.000 han sido sacrificados en los dos últimos meses, según la Autoridad de Rumanía para la Protección y la Vigilancia de Animales. Los ciudadanos extranjeros, principalmente alemanes y británicos, han adoptado directamente unos 30 perros desde septiembre, dijo el director del organismo Razvan Bancescu a Reuters.
Unos 60.000 perros callejeros vagan por las calles de Bucarest. El año pasado, un niño de cuatro años murió tras un ataque de un perro en un parque de la capital. Unas protestas callejeras pidieron que se hiciera algo. Las autoridades hicieron cumplir las leyes sobre el sacrificio, que permiten que los ayuntamientos se deshagan de los perros encontrados en lugares públicos si no son adoptados a las dos semanas.
Se cree que los perros callejeros son un legado del dictador Nicolae Ceausescu, que decidió demoler el centro histórico de Bucarest en la década de 1980 para hacer una gigantesca „Casa del Pueblo”. Miles de perros fueron abandonados por los residentes que fueron forzosamente realojados en pequeños apartamentos.
Llamada a la acción
Ciulcu recoge a perros en la calle. Van a un refugio temporal o al patio trasero de su casa en las afueras de la capital. Un veterinario los vacuna y les pone una identificación, y finalmente les da un pasaporte internacional.
Todo el coste inicial -medicinas, vacunas e identificación con microchips y pasaportes- está cubierto por su familia, a razón de unos 150 euros por cada perro. El transporte de los animales a su destino lo cubren los futuros dueños.
Pasa unas dos horas al día seleccionando futuros dueños que visitan su página (www.facebook.com/anamaria.ciulcu). Hay pocos rumanos entre ellos.
„Los rumanos por lo general quieren adoptar sólo una raza pura”, dijo.
Ciulcu, que quiere ser médico, cree que mantener juntos a los animales en los refugios estatales no es una solución, sino sólo un plan de exterminio. Hasta que acabe sus estudios, su ambición es salvar a cuantos más perros mejor.
„Los perros no pueden vivir juntos”, dijo. „Necesitan afecto”, añadió.