Una película rumana lleva a Berlín el amor obsesivo de una madre
La actriz Luminita Gheorghiu interpreta a una madre dominante que intenta salvar a su hijo de la cárcel en „Child’s Pose”, un duro drama familiar de Rumanía que compite en el festival de Berlín de este año. La cinta, dirigida por Calin Peter Netzer, proyecta una implacable luz sobre la corrupción informal y materialismo ostentoso de la clase media alta de la Rumanía post-comunista que espera poder librarse de las dificultades.
Netzer pertenece a un grupo de jóvenes directores rumanos que han surgido desde la muerte en 1989 del dictador comunista Nicolae Ceausescu, que controlaba las artes con mano de hierro. Con su humor negro, sátira social y un enfoque implacable en las neurosis de sus protagonistas, la película se mantiene firme a la tradición de la nueva ola del cine rumano que ha cautivado a audiencias occidentales en la última década. Sin embargo, Gheorghiu dijo que el tema de la película era universal, no local.
„No creo que este sea un problema específico de Rumanía. Hay madres como ésta en todas partes… que son víctimas de su amor incondicional por sus hijos”, dijo el lunes en una rueda de prensa posterior al estreno mundial del film.
El personaje de Cornelia espera recuperar el amor de su hijo Barbu utilizando sus relaciones sociales y ofreciendo dinero por todas partes después de que éste matase a un niño en un accidente de tráfico por excesiva velocidad en las afueras de Bucarest.
Barbu, de 30 años, traumatizado por el accidente, se enfrenta a 15 años de prisión si es condenado pero también está desesperado por escapar de su madre que siempre ha intentado dirigir su vida y se niega a dejarlo crecer.
Cornelia, de 60 años, siempre inmaculadamente vestida y enjoyada, vive en una villa de lujo en Bucarest donde las estanterías están llenas de libros sin leer, entre otros de la premio Nobel de Literatura rumana Herta Muller.
La actitud altiva de Cornelia ante la policía, su arrogante desdén por la novia de Barbu, y su patético intento de comprar a la familia del muerto ofrece una visión pésima de las actitudes de los nuevos ricos de Rumanía. „La gente de esta clase social son tal vez más propensos a sufrir esta clase de casi relación patológica entre una madre y sus hijos que en los estratos sociales más bajos”, dijo Netzer, que pasó parte de su juventud en Alemania. Pero la ceguera de Cornelia ante su propio egoísmo es también a la vez cómica y trágica.
En la culminación emocional de la película, durante una visita a la casa humilde de los padres del niño muerto para ofrecer sus condolencias, ella acaba hablando compulsivamente de su propia hijo como si fuera él el muerto. „Child’s Pose” es uno de las 19 obras que compiten en esta edición de la Berlinale, el primer gran festival cinematográfico europeo del año.